“En ese momento, los desafíos eran muchos”,
dice primer alcalde de Sorriso
A los 86 años y lleno de historias para contar sobre cómo el municipio ha cambiado a lo largo de los años, el pionero Alcino Manfrói guarda en su memoria todas las dificultades que enfrentó para administrar una ciudad recién formada, pero celebra el progreso de Sorriso, que cumple 36 años de edad el 13 de mayo.
La historia de la Capital Nacional de la Agroindustria comenzó a escribirse en la década de 1970, cuando llegaron aquí los primeros pobladores. Fue en enero de 1976 cuando Seu Alcino vino aquí y creyó en esta tierra. “Cada vez venía más gente aquí, y así fue como empezó a crecer Sorriso. Siempre dije que aquí sería una ciudad y mucha gente lo dudaba, porque todo era monte. Pero insistí en decir: ¡va a ser una ciudad muy bonita!”, dice la pionera.
En 1980, la agrovila se convierte en pedanía, perteneciente al municipio de Nobres; y en 1986, fue elevada a municipio, por Ley Estatal nº 5.002, de 13 de mayo. Seu Alcino, entonces, fue el primer alcalde elegido para un mandato de tan solo dos años, denominado «tampón».
“En ese momento, los desafíos eran muchos. Pero como ex alcalde trabajé e hice todo lo posible. Logramos traer agua, luz, teléfono y muchas otras mejoras”, dice. Destaca la estructuración del ayuntamiento, la implantación del Banco del Estado y la llegada de la Escuela Estadual Mário Spinelli.
Hoy, el Sr. Alcino recuerda los desafíos que tuvo que superar en ese momento y asegura que todo valió la pena. “Me siento orgulloso y muy feliz de ver que ese pueblito que vi nacer y creí en su potencial, hoy se ha convertido en una de las ciudades más prometedoras del país”, celebra.

Alcino Manfrói
1º Alcalde sonriente