fernando mora
Conoce la historia de Fernando Roberto de Moura, empresario y consultor inmobiliario que viene revolucionando el mercado inmobiliario en Sorriso
Fernando Moura es un apasionado de lo que hace. Trabajando en el mercado inmobiliario desde 2004, nos recibió para tomar un café y nos contó un poco sobre su trayectoria como empresario y su experiencia en este campo, adquirida durante los años que vivió en Estados Unidos y también en Brasil. Pero antes, retrocedamos en el tiempo para explicar mejor esta historia.
la Fundación
Fernando se mudó a Sorriso junto con su familia cuando solo tenía tres años. Aquí vivió hasta los dieciséis años y creció rodeado de mucho amor, cuidados y amigos. De este período aprendió importantes lecciones que llevó a lo largo de su vida. “Tuve el privilegio de ser educado durante dieciséis años por el mejor padre y la mejor madre”, comenzó Fernando.
En 1995, un grave accidente interrumpe los planes y acaba con la vida de sus padres, Saulo de Moura y Maria Darci Urias de Moura. “Recibí la noticia por teléfono de un amigo de la familia. Mis padres fueron pioneros y muy conocidos aquí en Sorriso. A pesar del dolor, durante el funeral pude ver que toda la ciudad se despedía de ellos y sentí cuánto su legado me acompañaría por el resto de mi vida”, declaró.
girando la llave
Después de la partida de sus padres, Fernando, que ya vivía en Belo Horizonte con su hermano mayor, tuvo que empezar a trabajar. Fue en el Mercado Novo, en el centro de BH, donde dio sus primeros pasos en su vida profesional, trabajando como repartidor.
En el mercado, Fernando conoció a doña Judite, encargada de despertar al joven emprendedor.
“Doña Judite, dueña de un puesto de frutas, hacía muchas compras y todos los repartidores se escondían de ella, pues siempre compraba en grandes cantidades y volúmenes muy pesados. Acabé atendiendo a la señora Judite y en el primer parto tuve dificultades. Además del peso excesivo, no conocía bien la región central de Belo Horizonte, pero finalmente logré cumplir. Ella se sorprendió de mi fuerza, agilidad y disposición y accedió a buscarme al día siguiente y así lo hizo. El otro día compró aún más productos, pero le tracé una estrategia para facilitar la entrega sin esfuerzo físico.
Por una fracción de la cantidad ganada, pagué a dos mensajeros para que me ayudaran solo en la parte más empinada de la ruta. Y así despertó en mí un sentido emprendedor a través del deseo de buscar los recursos disponibles para solucionar un problema. Me di cuenta de que podía contratar gente para hacer lo que yo no podía hacer, además de fidelizar a los clientes. Lo que solía ser un desafío se convirtió en una gran oportunidad”.
pilares de construccion
Poco tiempo después, Fernando pasó por un proceso de selección para trabajar como proveedor de servicios tercerizados de Maxitel, la primera compañía de telefonía celular de Banda B en Minas Gerais. “Tuve grandes oportunidades en Maxitel, conocí directores y tomé contacto directo con personas destacadas de la Compañía, desde el superior inmediato hasta el Gerente General. Sin embargo, todavía no era un empleado de tiempo completo. Durante este período cursé el bachillerato y terminé el bachillerato.
Conocí a alguien de Coca-Cola, solicité un trabajo y fui seleccionado. Sin embargo, antes de aceptar el nuevo trabajo, le llevé la propuesta de Coca-Cola a la gerente de Maxitel y ella a su vez me terminó contratando como Supervisor de Logística y me quedé en ese cargo durante tres años. En este proceso me integré a la Facultad de Administración en Telecomunicaciones. La empresa TIM Telecomunicações adquirió Maxitel y, con eso, las perspectivas de crecimiento eran aún mayores”, señaló.
abriendo puertas
Mientras estuvo en TIM, despertó el deseo de Fernando de tomar vuelos más grandes y mudarse a Estados Unidos. “Mi prima solía vivir allí y me ayudó en esta transición. Hice un acuerdo con TIM que también me ayudó con los trámites de la visa. Al principio estaba aprensivo, cambié mi seguridad por la nueva. Después de unos meses entré a trabajar en una empresa de pintura y surgieron las oportunidades. Fundé mi primera empresa, Personal Painting, Inc. y se fue a trabajar para un contratista. En Hyannis, Cape Cod, Massachusetts, conocí a Daniele, mi esposa, que era agente de bienes raíces. En ese momento mi empresa tenía solo tres empleados.
Durante este período, el contratista para el que trabajaba quebró y comencé a tener contacto directo con el propietario de la empresa constructora, el Sr. Ronald Silvia (Ron), para quien mi equipo ya estaba brindando servicios de pintura residencial indirectamente. Con la quiebra de la empresa para la que trabajaba, Ron propuso hacerse cargo de los empleados de la empresa, que eran brasileños, y pasé de tres a dieciséis empleados. A partir de este modo, comenzamos a desarrollar otros servicios además de pintura, como jardinería, cerámica, drywall, electricidad, plomería, instalación de granito y pisos, limpieza post obra, entre otros, y el negocio ganó otra proporción. Hicimos casas de (hasta U$ 16 millones de dólares, esto en 2005”, detalló.
Consultado sobre quién es Fernando en el mundo empresarial, Ron afirmó: “Fernando es un profesional competente, ético, que trabaja con compromiso, siempre dando lo mejor de sí. ¡Un emprendedor valiente y honesto! Su experiencia en el mercado inmobiliario abarca desde la construcción hasta la venta de propiedades, buscando siempre la satisfacción total de su cliente”. Ronald Silvia, propietario de Construtora Silvia y Silvia.
Construyendo los pilares de tu familia
Fernando se casó con Daniele y en 2010 nació su primogénito, Lucas. Era el comienzo de la nueva familia. “En 2011 me hice ciudadano estadounidense y decidimos regresar a Brasil. Negocié con mi cuñado, quien sigue residiendo en USA, la sucesión de la empresa, la cual continúa en funcionamiento hasta el día de hoy. Era hora de volver a Sorriso.”
La idea de vivir en Sorriso, al principio, asustó a Daniele, que no conocía la ciudad. “Tuve que buscarlo en Google, porque al principio no creía que pudiera existir una ciudad con ese nombre. Vinimos en 2006 a caminar. Después de que empezó a hablar de invertir en Sorriso, empecé a conocer gente de Estados Unidos que también venía a invertir aquí”, confesó Daniele.
Sembrando sueños
Cuando volvió a Sorriso, Fernando construyó una nueva historia. En Sorriso nació la pequeña Lavinia, que completó la alegría de la familia. “Desde 2018 en adelante profundicé en la venta de inmuebles. FIP Empreendimentos surgió de la unión entre mis socios (Igor y Patriota) y yo. En sociedad con Quatto Empreendimentos, lanzamos el condominio Atlantis Almaclara con 232 casas, un desarrollo pionero en Sorriso y el más grande de la región norte de Mato Grosso, revolucionando así el mercado inmobiliario. Hoy trabajamos con doce brokers enfocados en el mercado del público medio y alto”, agregó Fernando.
El legado
A la hora de encontrar buenas oportunidades, Fernando Moura es un referente, ya que se desempeña como inversor y Personal Broker (especialista en bienes inmuebles con un amplio conocimiento del mercado inmobiliario, ofreciendo servicios a clientes de alto poder adquisitivo que requieren una gran eficiencia en negociaciones). El empresario también realiza investigaciones de riesgo económico para que sus clientes puedan obtener el mejor trato. “Me interesa mucho conocer a mi cliente, tomar un café, conocer su historia, sus sueños, su realidad.
Siempre con mucha honestidad busco encontrar la mejor oportunidad para que puedan salir satisfechos con su adquisición. Ya sea para vivir o para invertir, es importante tener la opción que proporcione lo que la persona realmente necesita. Para mí, no tiene precio contemplar el brillo en los ojos de quienes hicieron realidad su sueño. Sorriso es mi casa, la casa de mi familia, mis hijos estudian en la misma escuela que yo estudié. Siento que mi trabajo es una misión y mi legado es dejar la certeza de mi deber cumplido, devolviendo a mi ciudad un poco de todo lo que me aportó”, concluyó.

FERNANDO ROBERTO DE MOURA
CONSULTORÍA INMOBILIARIA / CORREDOR PERSONAL
























